Aprendiendo Al Islam
¿Porque en cada Ciclo de la ORACIÓN OBLIGATORIA hay dos prosternaciones y solamente una INCLINACIÓN?
¿Porque en cada Ciclo de la ORACIÓN OBLIGATORIA hay dos prosternaciones y solamente una INCLINACIÓN?
Y como respuesta Imam Ali (P) Principe de los Creyentes le dijo: en la Primera Prosternación OS ESTAIS RECORDANDO A VOSOTROS MISMO QUE ESTAIS HECHOS DE TIERRA Y POLVO.
Y en la Segunda: Prosternación QUE VAIS A MORIR Y RETORNAR AL POLVO
Y Levantando vuestra Cabeza : UNA VEZ MAS PENSAREIS EN EL DIA ( DE LA RESURRECCIÓN ) EN QUE SEREIS RESUCITADO PARA LA VIDA FUTURA.
Fuente: Ayatullah Murtada Mutahari es un pensador Irani gran hombre.
Libro Discursos Espirituales ( Conferencias sobre la dimension espiritual del islam)
En este discurso, tras alabar a Dios y elogiar al Santo Profeta (PBd) Hazrat ‘Ali (P) aconseja al ser humano a adoptar la piedad como el principio de su vida. Enseña a los seres humanos a estar preparados para la muerte y les informa sobre las etapas a través de las cuales uno ha de pasar entre la muerte y el día de la Resurrección y también los méritos para entrar en el Paraíso, y los defectos que llevan al Infi erno:
Alabo al Señor y le doy gracias por Sus Bendiciones y Dones. Busco
Su Ayuda para realizar los deberes por Él impuestos. Él es el Señor de
Ejércitos Poderosos y Fuerza Suprema.
Testifi co que Muhammad (PBd) es Su Fiel Siervo y Mensajero elegido.
Invitó a la gente a obedecer a Dios, combatió y derrotó a los enemigos del
Señor y cuando la gente se unió en su contra para desafi arle, refutarle y
poner obstáculos en el camino del Islam, a pesar de su poderosa oposición,
continuó con éxito su trabajo como Mensajero de Dios.
Estáis obligados a ser piadosos porque la piedad es la mejor forma para
una vida más noble, exaltada y el lazo más fuerte entre Dios y el hombre.
Realizad vuestro deber hacia vuestro Creador y hacia el hombre antes de
que la muerte o la enfermedad extrema os impidan hacerlo.
Estad preparados para hacer frente a la muerte con la ayuda de vuestras
buenas acciones. Estad dispuestos a iros ante de que la orden llegue a
vosotros. Recordad que el fi nal último de todo ser humano es el Día de
la Resurrección y el conocimiento de este hecho es una lección para las
personas sabias y una advertencia para quienes no lo sean.
¿Sabéis de lo que cada uno de vosotros habrá de pasar entre el día de
la propia muerte y el Día de la Resurrección? Está la estrecha y oscura
tumba, los sufrimientos del Barzaj (el espacio temporal e intermedio
entre ambos mundos) es un lugar temporal de expiación y sufrimientos,
la total desconexión con aquellos a quienes amamos y que nos aman, y la
incapacidad que hay en esa condición para los seres humanos.
¡Temed a Dios, Oh Sus Criaturas! Ciertamente el mundo no va a cambiar
su actitud por vosotros, os tratará como ha tratado a quienes han pasado
antes que vosotros. Recordad que vosotros y el Día del Juicio estáis
fi rmemente unidos. Nadie puede escapar a ese Día. Cada uno de vosotros
habrá de hacerle frente. Se ha hecho evidente en la vida de cada uno y ha
dado prueba incontestable e inconfundible de sus efectos y venida. Estáis
en camino hacia ese fi nal. Está planeando sobre vuestra cabeza. Nunca
puede ser demasiado tarde para que os deis cuenta de que la “vida” ha
abandonado su dominio sobre vosotros y os ha entregado a la poderosa
infl uencia de la “muerte” Imaginad que la vida que habéis vivido sea un
día o como mucho un mes que ha pasado para no volver. Sus novedades se
han deteriorado y vuelto rancias con la edad, su riqueza ha desaparecido;
os está entregando a una tumba estrecha y oscura.
Una tumba es inimaginablemente ardiente. Aunque el Infi erno es tan
ardiente que su calor no puede ser descrito, y aunque el fuego ruge
allí hambrientamente, dicho lugar es totalmente oscuro y espantoso. El
brillante fuego es allí tan fi ero y poderoso que no puede ser extinguido, su
profundidad no puede ser medida, se forman en él remolinos y torbellinos
que lo hacen extremadamente espantoso y horrible.
Exactamente la misma tumba puede conducir a determinadas personas
al Paraíso. Allí, se encontrarán protegidas del Infi erno y sus tormentos.
Disfrutarán de los placeres del Paraíso. Estarán complacidos y
agradecidos del lugar que les ha sido concedido. ¿Quiénes serán? Serán
las personas piadosas. Personas que han llevado una vida sin pecado.
Serán honestos y simpáticos. El temor a Dios estuvo siempre en sus mentes,
la condición de los pobres les mantuvo siempre tristes y deprimidos.
Convirtieron sus días en noches y se mantuvieron despiertos rezando y
deliberando acerca de los deberes que les fueron impuestos por Dios.
Rehuyeron la compañía de personas viciosas y pecadoras, evitando a las
personas ricas y de hábitos mundanos, moviéndose entre las Mezquitas
y oscuras residencias de los pobres, intentando encontrar la forma y los
medios para ayudarles.
Dios les Ha recompensado por sus buenas acciones, Les Ha concedido
Sus Bendiciones en el Paraíso, un lugar de gozo duradero bajo Su Eterno
Dominio.
Por consiguiente, ¡Oh gente! Haced tales acciones que os serán de ayuda
y benefi cio para el próximo mundo y evitad las que os serán perniciosas.
Tened en cuenta vuestra vida, revisad vuestros puntos de vista, mejorad
vuestra perspectiva mental, rectifi cad vuestras acciones, enmendad vuestra
conducta y haced todo esto antes de que la muerte os sorprenda y estéis
desprevenidos. Imaginad que la muerte os está mirando a la cara y después
de este mismo momento no os quede tiempo de arrepentiros, reformar o
deshacer el mal que habéis hecho en la vida.
Que Dios nos mantenga en el camino del Santo Profeta (PBd) y nos dé
coraje para seguirlo, sincera y fi elmente. Que Dios tenga Misericordia
de nosotros y que nos perdone.
Permaneced en donde estáis (Kufa) soportad los sufrimientos paciente
y valientemente, no os exaltéis, no exterioricéis vuestros sentimientos y
no dejéis que esos sentimientos os alcen a la guerra y al derramamiento
de sangre. Ciertamente la muerte en el campo de batalla por la causa de
Dios, es el martirio, pero para un hombre que cree sincera y fi elmente
en Dios y sigue al Santo Profeta (PBd) y a su descendencia, la muerte en
su lecho y su casa también es el martirio. Recibirá la recompensa de un
mártir: la merecerá.
Su sincero deseo de servir a la causa del Islam y morir por ella, es tan
bueno como el propio hecho de morir por la causa. Recordad que Dios
Ha fi jado un tiempo para cada cosa y vuestro tiempo de tomar las espadas
no ha llegado todavía.