

A Dios son debidas todas las gracias ya que puede ser Reconocido sin
ser visto. La creación del Universo no le supuso ningún trabajo mental.
Había estado existiendo desde toda la eternidad, cuando no había espacio
dividido en galaxias y no había Universo (ni tampoco existía el tiempo)
cuando no había lugares oscuros en el espacio que actuaran como
cortinas que ocultaran a la vista las galaxias más lejanas, con algunas
ventanas (espacios abiertos en ellas) para permitir que una muy limitada
información saliera por ellas.
Cuando ni siquiera había oscuridad (mucho menos Luz) cuando no había
ninguna tierra que soportara la vida sobre su superfi cie; ni elevadas
montañas que cobijaran polvorientos barrancos en sus flancos; ni
profundos valles, ni océanos que rodearan las tierras, ni criaturas con
mentes o facultades mentales.
Ciertamente, Él es el Dios que creó a todas las criaturas y llevará a cabo su
total y completo aniquilamiento. Permanecerá cuando todo haya llegado
a su fi n. Él es su Señor que les preserva y les nutre.
Los soles y los sistemas solares se mueven en el espacio de acuerdo a
normas y modos a los que Él les ha destinado; gestando todas las cosas
que se ponen en contacto entre ellos y convirtiendo el presente en pasado,
cubren gigantescas distancias en el espacio a modo de viajes.
Él ha ordenado de antemano y ha fi jado la cantidad, cualidad y los medios
de subsistencia de todo tipo de criaturas. Conoce la capacidad, propiedad,
facultad y la actividad de cada una de ellas al igual que la extensión de
su periodo de existencia. Conoce lo que indican todas y cada una de
ellas y lo que están pensando de las que han sido dotadas de mente y sus
respectivas capacidades.
Antes de que un ser nazca, Él conoce a través de cuantos cuerpos (de
sus padres y antepasados) tuvo que atravesar para llegar a ser, al igual
que el tiempo en que cada uno de ellos llegó a la existencia y por cuanto
tiempo disfrutará de la vida que Él le ha concedido.
A pesar de todas las riquezas que Ha derramado sobre ellos en este mundo,
castigará severamente a Sus enemigos; y Sus amigos serán bendecidos por
Él y recibirán Sus favores a pesar de toda la severidad de Sus castigos.

Humilla a quienes intentan igualar su poder con el Suyo, destruye a
los que Le desobedecen, a los que intentan Oponérsele y derriba a los
que se comportan como Sus enemigos. Pero a los que ponen en Él su
confi anza, a los que dependen de Él y Le imploran, siempre Les otorga
conforme a sus méritos; y a los que son caritativos con los demás, Les
da buenas recompensas y a los que le dan siempre las gracias les Otorga
Sus bendiciones.
¡Oh gentes! Juzgaos antes de ser juzgados, y tomad cuenta de vuestras
actividades antes de que se os pida que deis cuenta de ellas, arrepentíos
cuando todavía os quede tiempo y someteos a Sus órdenes antes de que
la muerte termine con toda posibilidad de mejora.
Recordad que a menos que os mejoréis y os ayudéis a vosotros mismos
a conseguir Su favor, ningún consejo o educación puede ser de utilidad;
a menos que dobleguéis vuestra mente, ningún castigo externo puede
mejoraros.