Nuestro Problema es el Individualismo

El problema del individualismo no nace con la edad moderna, ni es fruto del neo-imperialismo. Pero tampoco podemos aceptar la descripción actual del hombre como natural sin entender a la globalización avasallante de occidente como un factor esencial en el estado actual de las cosas.
El ideal de libertad que promueve el libre-mercado es uno que no nace de un interés humano de preservar el libre albedrío, nace de la necesidad de tener un mercado en constante expansión en el cual cualquier tipo de límite, es un límite al desarrollo comercial. 
Y es así que para que funcione y se sostenga lo mejor posible, resulta lo más útil que cada persona piense solo en su propia satisfacción y no mire ni se preocupe de lo que pasa a su lado, y en cambio consuma la mayor cantidad posible de bienes y servicios.
Para la perspectiva del mercado la religión es un ámbito que invadir, y lo viene logrando. La llamada “nueva era” impone un modelo en el cual se invita a la persona a incorporar sin reflexión, prácticas pertenecientes a religiones muy distintas o nacidas en ese mismo caldo de cultivo, que no pueden sino generar confusión y a partir de allí aún más consumo.
Eso sí, la nueva era en su conjunto parece ser totalmente uniforme en sostener el liberalismo como modelo de sociedad. ¿Por qué no escuchamos un gurú de la nueva era proponernos una sociedad distinta, no apelando a que demos limosna o nos “tratemos con amor” sino que hable de la degradación constante que sufre el hombre en un modelo que solo lo mide a través de su poder económico?
Difícilmente se da que un líder espiritual cuestione las reglas del juego del libre mercado, aún cuando sean tan obvias y aberrantes las consecuencias de vivir en una dictadura de la oferta y demanda, en la que la oferta viene de corporaciones, y la demanda de individuos despojados de su cultura, bombardeados por la publicidad y sobre-exigidos  en su trabajo.
Y ese deseo de “ganar” como individuos es lo que nos garantiza el fracaso espiritual, porque alimenta nuestros aspectos más superficiales, para que nos creamos esto o aquello, e ignoremos nuestra esencia, y ese hilo de Luz que Dios siempre pone en nuestras vidas.




Este es un extracto de una charla en el marco del Primer Congreso Tradicionalista en Rusia
Fuente: http://granews.info


Pregunta: "Por favor cuéntenos acerca de su Tariqa"

Sheij Abdul Wahid Pallavicini: “Nuestro camino y nuestra organización es una Tariqa, que significa el Camino a Dios en Árabe. Es el camino de todos los santos, y nuestro Patrón en particular es Abd Al Muhamad Shadili de quién recibimos “Yaza”, una bendición, y a través de él es que podemos restaurar en este mundo moderno la posibilidad de recibir la iniciación y la bendición de los santos por la invocación del nombre de Allah, cosa que menciona nuestro amigo que ahora visita el norte de Rusia. A través de “inhalar” el nombre de Dios y despertar su nombre existe una forma de detener el pensamiento sobre nosotros mismos, porque ese es el problema que encontramos hoy, el individualismo, como dice tu padre en estos días (se refiere a Aleksandr Dugin), y no se supera de la forma que decimos hoy en italiano tenemos que “cavalcare la tigre” sino a través de “matar el dragón”, seguir el ejemplo de San Jorge, y no es un tema de autores literarios. Se trata de invocar la presencia de los santos y los profetas. Y este es el punto central en el que nos tenemos que concentrar. Tenemos que alejarnos de la letra y la literatura para tener una experiencia de la espiritualidad, que es el factor básico central de la vida de cada hombre porque fue hecho en la imagen de Allah mismo.”