Aprendiendo Al Islam

Aprendiendo Al Islam

¿Porque en cada Ciclo de la ORACIÓN OBLIGATORIA hay dos prosternaciones y solamente una INCLINACIÓN?

¿Porque en cada Ciclo de la ORACIÓN OBLIGATORIA hay dos prosternaciones y solamente una INCLINACIÓN?

Y como respuesta Imam Ali (P) Principe de los Creyentes le dijo: en la Primera Prosternación OS ESTAIS RECORDANDO A VOSOTROS MISMO QUE ESTAIS HECHOS DE TIERRA Y POLVO.

Y en la Segunda: Prosternación QUE VAIS A MORIR Y RETORNAR AL POLVO

Y Levantando vuestra Cabeza : UNA VEZ MAS PENSAREIS EN EL DIA ( DE LA RESURRECCIÓN ) EN QUE SEREIS RESUCITADO PARA LA VIDA FUTURA.

Fuente: Ayatullah Murtada Mutahari es un pensador Irani gran hombre.

Libro Discursos Espirituales ( Conferencias sobre la dimension espiritual del islam)

El nacimiento de María

El nacimiento de María

“Dios prefirió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la de ‘Imrán por sobre toda la humanidad. Familias descendientes unas de otras. Dios todo lo oye, todo lo sabe. Cuando la esposa de ‘Imrán dijo: ¡Señor mío! He realizado el voto de entregar a Tu exclusivo servicio lo que hay en mi vientre. ¡Acéptamelo! Tú eres el que todo lo oye, todo lo sabe. Y cuando le dio a luz dijo: ¡Señor mío! Me ha nacido una hija. Dios bien sabía lo que había concebido. [Agregó la esposa de ‘Imrán] No es lo mismo una mujer que un varón [para que se consagre a Tu servicio]. La he llamado María, y Te imploro que la protejas a ella y a su descendencia del maldito Satanás”. (Corán 3:33-36)

La niñez de María

“Su Señor la aceptó complacido, he hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías. Toda vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y entonces exclamaba: ¡Oh, María! ¿De dónde te ha venido esto? Ella respondía: De Dios; porque Dios sustenta sin medida a quien Le place”. (Corán 3:37)

María, la devota

“Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Dios te ha elegido y purificado. Te ha elegido entre todas las mujeres del mundo.  ¡Oh, María! Adora a tu Señor, prostérnate e inclínate con los orantes. Estas son historias que no conocías, y te las revelamos. Tú [¡Oh, Muhammad!] no estuviste presente cuando sortearon con sus cañas para ver quién de ellos se encargaría de María, ni tampoco cuando disputaban acerca de ello”. (Corán 3:42-44)

La albricia de un hijo

Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Dios te albricia con Su Palabra [¡Sé!] Su nombre será el Mesías Jesús, hijo de María. Será distinguido en esta vida y en la otra, y se contará entre los más próximos a Dios. Hablará a los hombres desde la cuna y siendo un hombre maduro, y se contará entre los virtuosos. Dijo: ¡Oh, Señor mío! ¿Cómo podré tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre? Le respondió: ¡Así será! Dios crea lo que Le place. Cuando decide algo, sólo dice: ¡Sé!, y es. Él le enseñará la escritura, le concederá la sabiduría, le enseñará la Tora y el Evangelio. Y será un Mensajero para los Hijos de Israel, a quienes dirá: Os he traído un signo de vuestro Señor. Modelaré para vosotros un pájaro de barro. Luego soplaré en él, y con el permiso de Dios, tendrá vida. Con la anuencia de Dios, curaré al ciego de nacimiento y al leproso, y resucitaré a los muertos. Os informaré de lo que coméis y de lo que almacenáis en vuestras casas. En verdad tenéis en ello un signo si sois creyentes. He venido para confirmaros lo que os había llegado anteriormente en la Tora y para haceros lícitas algunas de las cosas que se os habían prohibido. Y os he traído un signo de vuestro Señor. Temed a Dios y obedecedme. Dios es mi Señor y el vuestro. Adoradle, pues. Éste es el sendero recto”. (Corán 3:45-51)
“Y narra la historia de María que se menciona en el Libro [el Corán], cuando se apartó de su familia para retirarse a un lugar al este. Y puso un velo para apartarse de la vista [mientras adoraba a Dios] de los hombres de su pueblo. Entonces le enviamos Nuestro espíritu [el ángel Gabriel], quien se le presentó con forma humana. Ella dijo: Me refugio de ti en el Compasivo[1], si es que temes a Dios. Le dijo: Soy el enviado de tu Señor para agraciarte con un hijo puro. Ella dijo: ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre, ni soy una indecente? Así será, le respondió, pues tu Señor dice: Ello es fácil para Mí. Y lo convertiremos en un signo para la humanidad y una misericordia. Es un asunto decidido”.[2] (Corán 19:16-21)

La Inmaculada Concepción

“Y cuando infundimos Nuestro espíritu [a través del ángel Gabriel] en María, quien era virgen, e hicimos de ella y su hijo un signo para la humanidad”.[3] (Corán 21:91)

El nacimiento de Jesús

“Lo concibió, y decidió retirarse a un lugar apartado. Los dolores de parto la llevaron junto al tronco de una palmera. Exclamó: Preferiría haber muerto antes de esto, y así se me hubiera olvidado completamente. Entonces [el ángel] la llamó desde abajo [del valle]: No te apenes, tu Señor ha hecho fluir debajo de ti un arroyo. Sacude el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos. Come, bebe y complácete. Y cuando veas a algún hombre dile: Por cierto que he realizado un voto de silencio por el Compasivo, y no hablaré con nadie hoy. Se presentó ante su pueblo llevándolo en brazos [a Jesús]. Le dijeron: ¡Oh, María! En verdad has hecho algo inaudito. ¡Oh, tú que desciendes de Aarón! Tu padre no era un hombre deshonesto, ni tu madre una indecente. Ella lo señaló [al niño], y entonces le dijeron: ¿Cómo hemos de hablar con un niño que aún está en la cuna? Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Dios. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta[4]. Seré bendecido doquiera me encuentre, y me ordenará hacer la oración y pagar el Zakat mientras viva. Y me hará honrar a mi madre. No dejará que sea soberbio ni insolente. La paz fue conmigo el día que nací, será conmigo el día que muera y el día que sea resucitado”. (Corán 19:22-33)
“Por cierto que el ejemplo de Jesús ante Dios es semejante al de Adán, a quien creó de barro y luego le dijo: ¡Sé!, y fue”.[5] (Corán 3:59)
“E hicimos de Jesús y su madre, María, un signo [de Nuestro poder], y los refugiamos en una colina fértil, provista de manantiales [Jerusalén]”.[6] (Corán 23:50)

La excelencia de María

“Y expone como ejemplo para los creyentes a la mujer del Faraón [que era una verdadera creyente], cuando dijo: ¡Oh, Señor mío! Constrúyeme, junto a Ti, una morada en el Paraíso y sálvame del Faraón y de sus terribles obras. Sálvame de este pueblo injusto. Y también a María, hija de ‘Imrán, quien preservó su castidad; infundimos en ella [a través del ángel Gabriel] Nuestro Espíritu. Ella creyó en la veracidad de las Palabras [de Dios] y en Su Libro, y se contó entre las devotas”. (Corán 66:11-12)

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