El egoísmo lleva al hombre a centrarse en torno al mismo, deja de lado todos los principios y valores con el fin de lograr lo que desea para sí. Por ser así tan egoísta, el hombre es conducido a la hipocresía, puesel que ama a sí mismo, quiere verse en ojos de otras personas más hermoso, virtuosos y justo. Como él no es así, pues comienza a hacer creer a los demás que es bueno, virtuoso y justo vía hipocresía. Quiere Dios que nos liberemos de este mal, de esta enfermedad y que seamos que aquellos que sobre ellos el Corán dice:
...prefieren a los otros antes que a sus personas, aunque tengan necesidades. Y quien se preserva- por gracia de Dios- de la avaricia extrema de su alma, ese será el triunfador en todo lo que quiere. (59:9).
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